octubre 10, 2024

Diario en el Istmo

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De Ángeles y Demonios

No los mató el Covid, fue la ambición humana.

Guadalupe Ríos

En Mayo pusieron “filtros sanitarios” para evitar que el Covid-19 los matara. Sirvieron de pretexto para matarse entre ellos. 

En San Mateo del Mar, Oaxaca el coronavirus no ha matado a nadie, pero en menos de dos meses han sido el odio y la ambición humana, la búsqueda de poder económico, político y la defensa del territorio lo que ha asesinado a 16 personas en menos de dos meses.

El pueblo Ikoots de San Mateo del Mar, ubicado en la zona huave del Istmo de Tehuantepec al sur de Oaxaca  ha vivido como miles de pueblos indígenas de México en medio de la pobreza, el abandono gubernamental estatal y federal sorteando intereses políticos y empresariales que se ciernen sobre su riqueza natural y su territorio.

Desde hace diez años los Ikoots de San Mateo del Mar mantienen bloqueado el camino a sus hermanos Ikoots de Santa María del Mar que están rodeados de una laguna y los dejaron aislados; los dejaron sin energía eléctrica, les impiden usar la carretera para salir de su comunidad y desde entonces deben hacerlo en lanchas cruzando el mar para adquirir alimentos y atender a sus enfermos. 

Los de San Mateo le disputan a Santa María una franja de tierra y el derecho de pescar en la laguna como se hacía antaño, cuando aún no llegaban las ofertas de empresas que pretendían desarrollar en la zona un parque eólico que ofrecía darles lo que los gobiernos les han negado.

La ambición económica confrontó a ambas comunidades. La empresa eólica(Preneal/ Mareña Renovables/Eólica del Sur) terminó instalándose en territorio de Juchitán y los Ikoots se quedaron sin proyecto, divididos y con un conflicto que dejó pérdidas humanas, destrucción y odio.

A la par se incrementaron los conflictos internos en la población. 

Los intereses políticos partidistas permearon, la estructura tradicional de elección de sus autoridades municipales que con el apoyo de empresas constructoras promovieron fraude, compra de votos y lograron imponer presidentes a modo, mientras que grupos antieólicas, de defensa de la tierra y opositoras a proyectos desarrollistas se asentaron en tierra Ikoots.

SuS líderes van y vienen. La gente se queda en el pueblo dividida, confrontada y es la que pone los muertos.

La figura de la Unión de Agencias y Comunidades indígenas Ikoots se convirtió en el símbolo de la oposición y lucha contra la autoridad municipal que jamás reconocieron tras la elección extraordinaria de octubre de 2019 avalada por la autoridad electoral.

El presidente municipal no entra a la cabecera ni gobierna en palacio, lo hace en un recinto alterno en la Agencia La Reforma.

El pasado 2 de mayo en Huazantlán Del Río, fueron los integrantes de esta Unión de Agencias y Comunidades indígenas Ikoots quienes instalaron un “filtro sanitario” para evitar el Covid-19 justo un día antes de que la agencia de Laguna Santa Cruz (afín al presidente municipal) llevaría a cabo la fiesta del pueblo.

En ese “filtro” no les dejaron pasar ni cervezas ni orquesta. Hubo confrontación verbal y todo el comité de festejos, agente municipal con su cabildo e incluso seguidores del edil fueron metidos en prisión por la Unión de Agencias.

Por la noche un grupo realizó un rescate violento. Hubo balazos, un muerto, varios heridos, quema de casas y vehículos. No hubo detenidos. El filtro sanitario desapareció.

Este domingo los hechos se repitieron. Ahora no fueron los de la Unión de Agencias sino el presidente municipal el que ordenó instalar un “filtro sanitario” en el camino a la altura de la Agencia de La Reforma, desde donde despacha. Le rociaban agua con cloro a los neumáticos de los vehículos. Los miembros de la Unión de Agencias habían planeado una asamblea en Huazantlán Del Río. Les impidieron el paso. Hubo protestas, después balacera y se reportaron al menos tres heridos y una desbandada.

La Guardia Nacional llegó después y condujo hasta Huazantlán a las personas que aún permanecían en el lugar.    

La Asamblea comunitaria ya no se realizó, pero por la noche, estalló la violencia. Esta vez no se quemaron casas, ardieron cuerpos, quemaron personas, hubo heridos y muertos de bala, torturados, hombres y mujeres, muchos identificados con el gobierno municipal. La policía dice que investigará los hechos. Los agrupaciones denuncian, publican, defienden a sus grupos. La violencia no ha terminado.