TEXAS
AGENCIAS
Leonardo, de 10 años, no había visto a su mamá en años. Al salir de Guatemala junto a su tía y su pequeña prima, él esperaba poder reunirse finalmente con su madre, Emiliana, en California.
El 23 de febrero, sin embargo, bajó sin compañía por una escalera mecánica del aeropuerto de Los Ángeles hacia el esperado reencuentro.
Después de que su madre Emiliana lo abrazó con lágrimas en su rostro, la primera pregunta de Leonardo fue: “¿Por qué no están aquí mi tía Rosa y mi prima?”.
Según la ley de inmigración de Estados Unidos, las familias se definen estrictamente como los niños y sus padres o tutores legales.
Los niños que llegan a la frontera con abuelos, tías, hermanos mayores y otros familiares se consideran como “no acompañados” y son separados para luego enviarlos a albergues u hogares de acogida supervisados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) hasta que puedan ser entregados a un patrocinador certificado, generalmente uno de los padres o un familiar cercano.
Desde noviembre, varios grupos sin fines de lucro que trabajan con niños no acompañados han recopilado cifras que muestran que entre 10% y 17% de los niños bajo custodia fueron separados de sus familiares, según tres personas informadas de los datos, quienes solicitaron el anonimato.
Las cifras no se han hecho públicas antes y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos dijo a Reuters que no guarda registro de tales separaciones.
Unos 11,900 niños estaban en albergues del HHS y casi 5,800 niños estaban bajo custodia de la patrulla fronteriza al 28 de marzo.
Cuando las autoridades estadunidenses separaron a Leonardo y lo enviaron a un refugio en Nueva York, expulsaron a su tía Rosalina —en ese momento embarazada de ocho meses— y a su prima Marisol a México.
La política utilizada para expulsarlos, una norma de salud pública del gobierno de Trump conocida como Título 42, se implementó en marzo de 2020. Biden ha mantenido la aplicación de la norma, aunque ha eximido a los menores no acompañados.
HABILITAN BASE MILITAR COMO REFUGIO
EU anunció la apertura de un nuevo refugio de menores migrantes no acompañados en una base militar en Texas.
El HHS dijo que trasladó a 500 de ellos a Fort Bliss, una base ubicada en El Paso.
El HHS espera dar refugio en Fort Bliss a hasta cinco mil varones de entre 13 y 17 años.
Ayer, los funcionarios de inmigración abrieron a periodistas un centro de detención fronteriza en Donna, Texas, en un esfuerzo por demostrar que los niños migrantes están siendo tratados con humanidad.
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