diciembre 23, 2024

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Efectos devastadores del calentamiento podrán sentirse en los próximos años

Ciudad de México

Agencias

El cambio climático alterará de forma dramática e irreversible la vida en la Tierra en los próximos 30 años, agravando desde la escasez de agua y la malnutrición hasta los éxodos y la extinción de especies, según el borrador de un informe clave de la ONU obtenido por la AFP.

Los impactos devastadores sobre la naturaleza y el hombre se acelerarán independientemente del ritmo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que se logre obtener, avisa el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU.

“La vida en la Tierra puede superar un cambio climático de envergadura evolucionando hacia nuevas especies y creando nuevos ecosistemas”, según el resumen técnico de este borrador de 137 páginas. Pero “la humanidad no puede”, zanja el texto.

El informe, de 4.000 páginas, que debe ser aprobado por los 195 Estados miembros del IPCC, dibuja un panorama mucho más sombrío que el último de 2014.

Pero no será publicado hasta febrero de 2022, es decir, después de las reuniones internacionales claves sobre clima y biodiversidad de fines de año.

Algunos científicos estiman que su divulgación llegará demasiado tarde.

“Nuestros hijos y nietos”

Hace una década, se estableció que limitar el calentamiento a +2 ºC respecto a la era preindustrial era un objetivo razonable. Pero ahora el IPCC estima que un aumento superior a 1,5 ºC ya podría provocar “progresivamente consecuencias graves durante siglos e irreversibles en algunos casos”.

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) estima que hay 40% de probabilidades de que el techo de +1,5 ºC se supere al menos durante un año en el próximo lustro.

“Lo peor está por llegar: (el calentamiento) afectará mucho más a la vida de nuestros hijos y nietos que a la nuestra”, avisa el IPCC.

Además, solo el alza registrada desde mediados del siglo XIX de 1,1 ºC ya tendrá repercusiones cada vez más graves, incluso si se frenasen las emisiones de CO2 ahora y se alcanzaran las metas del Acuerdo de París de limitar el calentamiento a menos + 2 ºC y a ser posible a 1,5 ºC.

Y con la tendencia actual, el mundo se dirige hacia un alza de +3 ºC.

Así, es probable que ya sea demasiado tarde para salvar algunos animales y plantas: “Incluso a +1,5 ºC, las condiciones de vida cambiarán superando la capacidad de algunos organismos a adaptarse”, según el informe, que cita como ejemplo los arrecifes de coral, de los que dependen unos 500 millones de personas.

También los animales del Ártico, una región que se calienta tres veces más rápido que la media mundial, podrían desaparecer, erradicando el modo de vida de los pueblos de la zona.

Los desarreglos climáticos también provocan la “multiplicación de las pérdidas súbitas” en los sistemas de producción alimentaria, como la agricultura, la ganadería y la pesca.

Falta de preparación

Pese al agravamiento ineludible de las condiciones de vida en la Tierra, el mundo no está preparado para hacerle frente: “Los niveles actuales de adaptación son insuficientes para responder a los futuros riesgos climáticos”, previene el IPCC.

A +2 ºC, hasta 80 millones de personas más que ahora sufrirán hambre en 2050 y 130 millones de personas podrían caer en la pobreza extrema en la próxima década.

En 2050, centenares de millones de habitantes de ciudades costeras se verán amenazados por inundaciones más frecuentes, debido a la subida del nivel del mar que provocará además grandes migraciones.

Con +1,5 ºC, en las ciudades, 350 millones de habitantes más sufrirán escasez de agua, y serán 400 millones con +2 ºC. Con este medio grado adicional, 420 millones de personas suplementarias estarán expuestas a canículas extremas.

“Los costos de adaptación en África aumentarán en decenas de miles de millones de dólares anuales más allá de +2 ºC”, prevé el informe.

Catástrofes simultáneas

El borrador subraya por otro lado el peligro de los efectos en cadena. Algunas regiones, como el este de Brasil, el sureste de Asia, China central y casi todas las zonas costeras podrían sufrir tres o cuatro catástrofes meteorológicas simultáneas e incluso más: canículas, sequías, ciclones, incendios, inundaciones, enfermedades transmitidas por mosquitos…

¿Y si el mundo se hubiera enfrentado bien al calentamiento global?

Cita además los efectos nefastos fruto de la actividad humana, como la destrucción de hábitats, la sobreexplotación de recursos, la contaminación, las especies invasivas, la propagación de enfermedades…

“El mundo se enfrenta a desafíos complejos imbricados”, afirma Nicholas Stern, especialista en economía climática, que no participó en el informe.

“Si no nos enfrentemos a todos a la vez, no superaremos ninguno”, agrega.

El borrador destaca además los “puntos de inflexión” climáticos, susceptibles de cambiar el sistema climático de forma dramática e irremediable.

Un ejemplo es el deshielo de los casquetes glaciares de Groenlandia y de la Antártida Occidental, que contienen suficiente agua para hacer subir el nivel del mar de 13 metros. Los científicos establecen ese punto de no retorno en un alza de la temperatura superior a 2 ºC.

¿Una sabana en la Amazonía?

Otro caso podría darse en la Amazonía, uno de los pulmones del planeta, que el calentamiento podría transformar en sabana.

La buena noticia es que las soluciones a estos problemas podrían tener efectos positivos en cadena.

Por ejemplo, la conservación y restauración de los manglares y de los bosques submarinos de algas podrían aumentar el almacenamiento de CO2, proteger las costas contra las sumersiones, proveer un hábitat a numerosas especies y alimentar a las poblaciones costeras.

Si bien algunos efectos negativos son ineludibles a corto plazo, el informe deja también espacio para el optimismo: la humanidad todavía puede aspirar a frenar el calentamiento en la segunda mitad del siglo XXI, tomando medidas determinantes ahora, asegura.

“Necesitamos una transformación radical de los procesos y comportamientos a todos los niveles: individuos, comunidades, empresas, instituciones y gobiernos”, aboga el borrador.

“Debemos redefinir nuestro modo de vida y de consumo”, concluye.