diciembre 23, 2024

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EL TIEMPO.

Por CIMAZ

Sabia virtud de conocer el tiempo, a tiempo amar y despertarse a tiempo, cómo dice el refrán: “Dale tiempo al tiempo, que de amor y dolor alivia el tiempo”. Así lo plasmó el escritor y poeta Capitalino Renato Leduc, aunque quizás muchos recordarán esas palabras al ritmo de canción, pues también es interpretado así por grandes artistas.

Hoy quise hacer una nota diferente, que no se enfoque en el mundo, sino en cada persona, lo hago porque creo que a veces queremos arreglar los grandes problemas de la sociedad, nos desgastamos en observar al mundo convulsionando y perdemos la perspectiva de nuestra realidad, dejamos de observarnos, de analizarnos, de preocuparnos por nosotros mismos. Pero podemos cambiar las cosas a partir de ser conscientes de ello, podemos dejar de perder el tiempo.  

EL TIEMPO es una magnitud física con que nos permite medir la duración o separación de acontecimientos. Nos permite ordenar los sucesos en secuencias, estableciendo un pasado y un futuro, pero para ello debe haber un punto de referencia, lo que da lugar a un tercer plano del tiempo “El presente”, la unidad básica internacional para Medir el tiempo es el segundo.

EL PASADO es el conjunto de vivencias que han ocurrido a lo largo de nuestra vida, nos deja una serie de experiencias y entre más significativas más aprendemos de ellas, en base a eso puede deducirse fácilmente que somos el producto de ese pasado, el pasado no siempre lo fue, un día fue “el presente”, por ello debemos ser conscientes para buscar no solo un buen futuro como muchos desean, sino garantizarnos un buen pasado. Así cuando digamos “ya lo pasado pasado”, lo digamos con agrado.

EL FUTURO es la porción de la línea temporal que todavía no ha sucedido; en otras palabras, es una conjetura que bien puede ser anticipada, predicha, especulada, postulada, teorizada o calculada a partir de nuestro pasado y de nuestro presente, el futuro depende de nosotros, de nadie más. Las circunstancias sin duda involucraran a personas, medios y modos diversos, pero aun así, ese futuro sigue dependiendo de nosotros, pues con las mismas circunstancias cada persona actúa y decide diferente, lo hace en base a su pasado y a su presente.

EL PRESENTE es el nombre que identifica al tiempo que corresponde a algo que ocurre o a una cosa que se describe de manera simultánea al momento de ser evocado. El presente es tan importante que incluso desde su origen en el vocablo latino “praesens”, es un concepto con múltiples usos y acepciones. Por ejemplo: Actualidad., asistencia., regalo. Obviamente el presente en sí mismo tiene su importancia, ya que es lo que se vive en ese preciso momento, bueno o malo., nos guste o no., Nos convenga o no.

En fin, el tiempo es relativo. El tiempo que tenemos para vivir nuestra vida es tan corto que no vale la pena desperdiciar uno solo de nuestros días. En casi todas las religiones conocidas, Dios siempre persona; a los seres humanos nos da más trabajo, pero al final perdonamos., quien no perdona jamás es el tiempo.

Hace años, escuche una historia que me pareció muy interesante: Alguien le pregunto a Albert Einstein ¿Cuántos años tiene?, su respuesta sorprendió a todos y yo aún la recuerdo cada vez que siento que no estoy aprovechando el tiempo. Dijo: No sé, puede ser que un año o diez o veinte, ojalá que sean más, los años que tengo son los que me faltan por vivir, los demás ya me los gaste.

Retomo que la unidad básica de medida del tiempo es “el segundo”, es entonces un lujo cada uno de ellos, no valorarlo significa en su conjunto perder horas, días, meses y años. Ser consciente de lo valioso de cada segundo de nuestra vida nos permitirá vivirlo plenamente. Si me estás haciendo el favor de leer esta nota, te tengo una buena noticia “aún tienes tiempo”.